La incorporación de la mujer al trabajo asalariado en
condiciones de equidad y de no discriminación, ha sido parte de las políticas
laborales en casi todos los países y también en Chile. Sin embargo, su entrada
y permanencia en el espacio laboral debe enfrentar a menudo limitaciones por
los roles diferenciados que la sociedad asigna a hombres y mujeres. Contradictoriamente,
la maternidad, muy valorada en el discurso, puede convertirse en un impedimento
o en un motivo de discriminación y malos tratos respecto de las trabajadoras.
La maternidad, especialmente el cuidado de los hijos
pequeños y la posibilidad de un nuevo nacimiento aparecen entonces como
amenazas y riesgos para el rodaje de las empresas.
Es por esto que hoy en Chile se está dando lo que es la
desfamiliarización, ya que en muchas empresas se discrimina la maternidad por
el hecho de considerarlo un gasto extra, teniendo como consecuencias la
desfamilirazación puesto que las mujeres están priorizando el trabajo y el
mercado en vez de engendrar vidas.
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